«Es difícil definir la experiencia de mi sesión con Noemi Gil porque hay muchas emociones y sensaciones. En ese momento yo estaba inmersa en un proceso psicoterapéutico y la Terapia a través del Mandala marcó un antes y un después en ese proceso. Me permitió visualizar y que todo terminara de encajar en el momento de vida que estaba viviendo. Fue muy enriquecedor, yo no tenia ni idea del mandala como terapia, cuando fuimos dándole sentido, fue como que todo encajaba. Sí que me sorprendió mucho que todo lo que yo tenía dentro empezó a salir, que ella fuese solo una guía que iba llevándome de la mano. Recuerdo como algo muy positivo, que ella me dejara interpretar con libertad, me producía sorpresa, porque fue la libertad que me dio lo que hizo que todo saliera de dentro.
Descubrimiento es otra experiencia durante el trabajo. Le diría a alguien que quiera venir a su consulta, que no es nada de lo que se pueda esperar o haya escuchado o leído. Es en la sorpresa donde todo encaja, aunque pasé por todas las emociones: alegría, tristeza, miedo, … Fue como entender cosas que no había entendido en el pasado, la importancia de mirar hacia dentro y no solo de forma verbal, sino visual, que hay otras maneras de conocerse a uno mismo. En otros procesos psicológicos en los que he estado inmersa han sido mucho mas dirigidos: “Haz esto, lo otro”. Aunque te dicen que tú tienes el poder, tienes que hacer las cosas de una forma concreta. Con ella desarrollas la autonomía y la confianza en una misma, y me di cuenta de que el aprendizaje sobre una misma solo depende de una misma, aunque la terapeuta puede actuar como guía. Si tuviera que resumirlo lo haría de esta forma: El empoderamiento de una persona con sus emociones.»
«Llevaba muchos años arrastrando una serie de sentimientos negativos hacia mi persona. El bloqueo llegó a ser tal que no era capaz de afrontar el mínimo obstáculo que encontrara en mi camino y si lo conseguía era la tarea más complicada del mundo. Soy una persona de una gran fortaleza mental pero estaba llena de miedos, de frustraciones, de cargas que no me correspondían. El peso que soportaba era ya demasiado para mí.
Ya conocía a Noemí Gil y me habló de su terapia y de lo beneficiosa que podrían ser para mí. Aunque no estaba muy por la labor (tenía serias dudas sobre cómo iba a poder ayudarme el trabajo con los mandalas) me decidí a ir y bendita la hora.
Noemí, desde que la conocí, me transmitió mucha paz y mucha tranquilidad y lo más importante, no me sentí juzgada. Fue muy dura para mí, sobretodo, la primera sesión pues no era capaz de relajarme ni de dejarme llevar. Soy muy de pensarlo todo, de darle vueltas y vueltas y esta terapia requería todo lo contrario: tenía que dejarme llevar por mis emociones, dejarlas fluir y dejar la “cabeza” a un lado. Costó, pero según iba ahondando en mí y siendo consciente de cosas de las que hasta ese momento no lo era, fue cada vez más fácil dejar fluir mis emociones y ver las cosas desde otra perspectiva totalmente diferente. Gracias a que Noemí estuvo ahí, trabajando a mi lado y apoyándome pude lograrlo. Sus técnicas, su metodología, su manera de hacerte sentir cómoda y nunca juzgada, su empeño y sobre todo la pasión por lo que hace es lo que provocó en mí un cambio tan radical que a día de hoy no tengo casi nada que ver con la chica de la primera sesión.
El trabajo no acaba cuando sales de la sesión. Hay que trasladarlo al día a día y es una labor continua en nuestras vidas. Así pude aprender a gestionar el oleaje de emociones que me llevaron al punto en el que me vi y al que jamás regresaré, porque este aprendizaje ya me acompañará de por vida.
Ahora me siento segura, con confianza en mi misma, en que todo lo que me proponga soy capaz de llevarlo a cabo, me siento alegre, poderosa y, aunque me queda trabajo por delante (porque esto nunca acaba), tengo las herramientas necesarias para intentar solucionarlo y sobretodo la tengo a ella, apoyándome y brindándome su ayuda.
Gracias por todo Noemí Gil y por la gran labor que realizas.»
“Desde hacía bastante tiempo utilizaba como método para protegerme, aparcar a un lado aquello que me preocupaba o me agobiaba, dejándolo sin resolver en una parte de mi interior. Debido a dificultades que se presentan en la vida, tomé como rutina ponerme una máscara con la que aparentaba estar bien, el objetivo era que nadie se diera cuenta de lo destruida que podía estar por dentro. Sin embargo, cuando acumulas, olvidas que en algún momento no habrá espacio para más y de un momento a otro te ves desbordada. Eso fue lo que me ocurrió.
Tuve la suerte de percatarme de las pequeñas señales que el cuerpo me iba dando. Al principio, intenté hacer lo de siempre y pasarlo por alto, pero poco a poco las señales eran tan evidentes que supe que tenía que hacer algo.
Lo bueno es que por el camino de mi vida encontré a Noemí. Creo que las cosas pasan por algo y que ella no fue una casualidad. Noemí me ayudó a desbloquear aquello que tenía retenido, guiándome en mi recorrido interior para darme cuenta de aquello que tenía que cambiar, ayudándome así a encontrarme a mí misma.
Hoy día, ante cualquier contratiempo que intenta llevarme a mi manera de actuar pasada, recuerdo lo trabajado en la Terapia a través del Mandala. Lo que surgió de ahí, lo tengo grabado en mi mente y lo recuerdo cuando necesito de esa guía.
Sin duda una gran experiencia, que recomiendo y que no dudo en repetir cuando lo necesite.
Muchas gracias Noemí por tu profesionalidad, tu manera de facilitar ese recorrido tan necesario que cada una/o debe hacer por sí misma/o, de tu técnica tan bien empleada, en definitiva de ese don especial que te permite ayudar a las personas que se cruzan contigo.”
«Acudí a la primera sesión de terapia con bastantes dudas y escéptica, pero a medida que íbamos avanzando fui descubriendo varias cosas en mi, en cuanto a lo personal y terminó siendo una caja de sorpresas. Esas sorpresasfueron el descubrimiento y el poder enfrentarme a mi misma, poder ver las diferentes facetas de mi personalidad. En un principio no me gustó por que estaba viendo esa parte oscura que no queremos ver de nosotras mismos, y claro, a ti no te gusta ver lo que no te gusta de ti y tratamos de ocultarlo. Pero después lo acepté, y dije ¿por qué? Porque me tengo que sentir así si esa soy yo realmente.
Cambios experimentados: Fue un crecimiento como persona y como mujer. Adquirí mas seguridad, empoderamiento y me ha ayudado a tomar mucha conciencia de lo que hay a mi alrededor, de donde estoy, en mi presente y en el ahora, sin estar recordando las cosas que me pasaron en el pasado ni preocupada por el futuro. Y otra cosa muy importante para mí que me ofreció esta terapia con Noemi a través del trabajo con mandalas, es el amor, pero el amor a mí misma y el respeto a mí misma. Esto se ha traducido en mi vida en que la gente nota el cambio en mí, me dicen que estoy más radiante, creo que es porque estoy más tranquila conmigo misma irradio eso, y luego que la gente quiere estar y compartir conmigo, me buscan para ayudarlos. Y eso antes no me pasaba. Yo veo en mí que soy más decidida. Cuando tengo que decir no, lo digo, antes no, ya sé en qué momento decir sí y momento en decir no. A mí me ha ayudado mucho.»